martes, 25 de julio de 2023

RIP Flip 4

 Hace unos días tenía pensado otro tipo de entrada

hoy, en cambio, toda idea en mi cabeza fue sustituida por la tragedia de la perdida de mí... celular flip.

Sí, fui de aquellas arriesgadas que compraron un teléfono flip, más específico el Samsung flip 4.

Amo mi celular, aun así con la pantalla aburbujada y la bisagra rota (palabra que recién descubrí que se escribía con B y no V) la sensación de cerrarlo, el pop que producía cuando sus dos extremidades chocaban enérgicamente, la forma en la que la gente me miraba haciéndolo y por su puesto ser la única conocida que no iba por un celular común y corriente. 

Pero hoy, la realidad tocó a mi puerta, mi pequeño sobrino con su regordeta mano poseída durante nuestra hora de dormir (las 10 am) tiró el teléfono fuera de la cama (o eso me obligo a creer para sentirme mejor, ya que aún me pregunto si fui yo misma quien lo empujó). El estruendo me despertó, pero no le hice caso, pues estaba protegido con cover y la altura era insignificante, además, lo que le hubiera pasado (que juraba que no fue nada) no cambiaría si dormía una o dos horas más.

Al levantarme rodeo la cama y encuentro mi teléfono, intento abrirlo para revisar los mensajes y vaya sorpresa... no podía abrirlo, lo primero que me dije fue, no lo fuerces, eso hará que rompa la pantalla. Pero la ansiedad, la anormalidad, el demonio, el no poder dejar las cosas como están, hicieron que intentara abrirlo.

Encontrar una forma inofensiva de encajar aquella pieza de vuelta a su lugar, provocando lo inevitable... despegar la pantalla y ahora todo está negro, al igual que mi futuro.

No tengo dinero. Mis padres me costean todo, y no fueron 1 ni 2 veces cuando la gente expresó lo valiente que era al apostar por una tecnología tan arriesgada... y vaya que lo fui, ahí está el resultado metido en una gaveta al lado de mi cama.

Hola tercer mundo, donde no existe un centro de Samsung que me ayude, donde tal vez no sería posible, ya lo que compre de fuente dudosa a un 4to de lo que costaría en tiendas oficiales. 

Lo peor de todo no es, el que se haya roto, toda esta historia no es como se rompió o como lo empeoré. Esta historia es de hecho todo un preámbulo para hablarles como me siento como la verga. Como una mierda de perro seca durante días que se hincha cuando le cae la lluvia.

Así me siento y nadie puede entenderlo. Si hubiera muerto alguien entonces me llenarían de consuelo y flores, todos me trataran como hielo delgado a punto de quebrarse; sin embargo, no es el caso, he perdido algo material y la vida sigue... solo que mi dolor no desaparece por este hecho.

Mi novio fue al primero que le conté y aunque se lamentó mucho por el hecho y a la larga le confesé que rompí a llorar mientras veía un video en tiktok sobre Barbie la película, que estoy en mi SPM que me muero del hambre, que mi cara está brotada en espinillas a pesar de haber invertido miles y miles de pesos en un programa de skin care que solo me funcionó durante y después de 2 años, pues como estoy tan gorda que en vez de correr por mi vida tengo que rodar, el químico dentro de mi cuerpo ya no funciona.

La cosa es que a pesar de todo eso, él no está aquí parado frente a mi puerta, con un ramo de flores y un combo de Wendys con nuggets y chili, helado y una soda gigante. Tal vez con una pizza para mí sola o una cubeta de pollo frito.

No tengo dinero, no tengo como reparar mi celular, no tengo como comerme la pena, ni nadie que respete mi luto. La triste verdad es que no tengo nada ni a alguien que me acompañe en esto, más que el gato dormido a mis pies que solo está ahí porque aún no he dado de comer y ya casi viene su hora.

Gracias gato, al menos con tu hambre estás aquí. 

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