jueves, 15 de agosto de 2013

Mientras no nos ves

No era más que un día normal donde llovía a cantaros y no encontraba más que hacer que pararme en una ventana junto a mi querida maría donde veía los autos que se aparcaban fuera del orfanato, con las ganas de que una de esas personas con sus abrigos y sombrillas de colores sombríos me adoptaran, aunque no pase mucho tiempo sentada en esa triste ventana viendo una triste y deprimente vista o más bien visualizando un sueño lejano pero que por fin había llegado por mas imposible que se viera puesto que contaba con 8 años y los padres regularmente prefieren de menos edad. La primera vez que los vi no estaba tan sorprendida ya que no era más que un par de padres que por razones no tan obvias no tenían hijos. la madre: teffy, usaba unos lentes más grandes que su propia cara y un vestido ceñido de animal print y resaltaba su delgada y bella figura dándole razones para no querer embarazarse y comía una goma de mascar de forma molesta mientras le hacía vueltas a su rubio cabello, en cambio, el padre no era más que un miserable señor de algunos 30 y algo que se dejaba notar en su rostro que una putilla lo había embaucado y ahora se encontraba en esa situación aunque detrás de su  amargo rictus estaba una risilla indescriptible

el hogar era un favorable departamento en la ciudad, donde me quedaba a jugar con maría y las únicas muñecas que teffy me había obsequiado, las semanas pasaban y ya me había  acostumbrado a la vida casera puesto que no era muy diferente a lo que solía ser y entonces ocurrió, padre tomaba un año sabático y teffy trabajaba como ocho horas al día dejando a padre y a mi sin cuidado materno, aunque esta no tenía ni la M de maternal pues prestaba más atención  al retocado su bronceado y sus extensiones de cabello  que a lo que padre me ensañaba en el hogar. No era la primera vez que teffy nos dejaba solos en la casa ni la primera vez que padre me miraba extraño. Ese día tomaba una ducha y aprovechaba para lavarme el cabello cuando de repente escuché el leve rechinar de la puerta que se abría, me tense como era de esperarse pero el susto me lo lleve cuando sentí sus manos en mi cara tapándome la  boca para que no gritase y mis ojos para que lo no viera aunque su aroma masculino lo delataba, pero era tal el susto que apenas podía hablar y mucho menos gritar. Acaricio mi brazo y saboreo con su lengua mi cuello húmedo entonces me soltó y mire atrás viéndolo completamente mojado con tan solo unos calzoncillos y una camiseta. Puso su dedo en la boca indicando que hiciera silencio, bajo su mano y la llevó a mi entrepiernas abriéndose espacio en aquella zona, acaricio y jugo a su antojo mientras lamia mi rostro tan solo dándome beta a retorcerme ante su tacto.

Tanto me había acostumbrado a la vida familiar como a las tardes sin teffy y a las llamadas a mi cuarto cada día. Tocaba a mi puerta de manera particular dándome la señal de que debía desvestirme y esperarlo como un perro a su amo: de rodillas contra la cama, entonces se saboreaba y lamia toda mi columna vertebral, me toqueteaba toda y luego se marchaba. Así sucedía por lo menos semanal pero esa tarde en la que teffy discutió con padre no quise abrir cuando llamo a mi puerta, estaba cansada y soñolienta pero eso le importo 0 abrió con su llave y me miro de manera férrea.
- como te enseñe – me ordeno sin déjame de otra que sucumbir ante sus deseos, me despoje de la bata y descubrí mi cuerpo plano, pero eso no le valía y a diferencia de otras veces escuche despaldas como padre se desabrochaba el cinturón, bajaba su cremallera y me rozaba con su miembro eréctil mis partes inferiores. Abrazaba mi dimito cuerpo mancillando y besando cada parte de él como si este fuera suyo para después ponerme de frente a él haciéndome ver su mirada sombría y deseosa. Se lleno la boca de mis virginales labios e introdujo su lengua atreves de los mismos, bajo la mano y jugo un rato por ahí hasta que me cerro nuevamente la boca y me abrió las piernas penetrándome lentamente haciendo que me retorciera de dolor y ahí cobro velocidad y profundidad sin importarle como sangraba ni tomar en cuenta las lagrimas que se resbalaban de mis mejillas mientras que el se daba vida encima de mi pequeño cuerpo.

Mientras no nos veían padre se hacía cargo de aprovechar el nuevo cuerpo que se formaba en mi y no desperdiciaba ninguna oportunidad de hacerme saber lo mucho que le gustaba apoderarse de él, de descansar en mi crecido pecho y mancillar esas nuevas caderas. En cambio yo si me cansaba de que cada vez que se peleara con teffy fuera a mi cuarto y lo hiciera con furia así que me dispuse a contarle todo a mi supuesta madre para que así parara con mi sufrimiento pero en vez de eso – ¡calla, tonta, tú eres aquí la única culpable de todo! – fue el consuelo que conseguí departe de mi madre quien estaba muerta de rabia, impotencia y más que todo eso envidia, ella no podía soportar la idea que todo el dinero que derrochaba en su belleza era para nada ya que todas las noches donde su marido buscaba consuelo era en los brazos de su pequeña también sabía que denunciarlo por abuso no era la mejor opción pues prefería tenerlo en brazos de otra pero en casa que lejos de ella así que toda esa rabia era descargada en mí y para mi desgracia al igual que padre había encontrado la calma en sus brazos. Cansada de los castigos de teffy aprendí a comportarme dentro del infierno convirtiéndome así en el mismo diablo, volviendo todas mis desventajas en ventajas, refugiándome detrás de padre para que teffy no me hiciera daño y finalmente aprendiendo a disfrutar lo que me hacia padre.


Esa noche lo aceche y no le di la oportunidad de dar la señal que teníamos, abrí la puerta ya desnuda y dispuesta a que me utilizara, me llevo a la cama y me beso completa incluyendo lugares que no sabía que se besaban antes, había practicado una actividad que me había forzado a hacer antes y la había puesto en marcha solo para que él lo disfrutara así que me llene la boca con su miembro mientras lamia y sorbía como lo había visto en una de esas películas  que él veía antes de tocarme. Rozó su miembro húmedo por mi pecho luego se lleno la boca de ellos aplicando varias mordidas suaves  y  no procure en esconder el placer culpable que me daba entonces ahí me penetro de manera ruda pero creo que con el tiempo me fui acostumbrando a su forma y así me fue gustando que lo hiciera. Tanto como que me penetrara fuerte, me gustaba que lo hiciera con los dedos al igual que eso de tocarme donde se encontraba lo que después supe que se llamaba clítoris. Se podría decir que mientras no nos veían disfrutaba plenamente de todo lo que padre me hacia tanto como él o mas, así que lo único que impedía nuestra libertad era teffy pero esta fue más fácil de lo que pensaba solo tuve que provocarla para que me golpeara y luego hacer que padre la echara a la calle así disfrute a plenitud mis amoríos con padre hasta que un día llego alguien, un muchacho de algunos diecisiete. Tres años más que yo y descubrió a padre encima mío... y yo, descubrí nuestra libertad. El joven aunque temeroso era el hijo de un amigo de mi padre el cual desde que teffy se fue padre les dejo vivir hasta que su problema de plomería acabara, jugaba y contaba historias a aquel joven tan dulce e inocente, inocencia que no poseía tanto así que un día se atrevió a tocar mi mejilla por puro accidente y aunque no era entrometido me pregunto qué tipo de relación llevaba con padre, pero no conseguí explicarle, sabía muy bien que no era una aceptada. Nos tomábamos de la mano y me hacia reír como ninguna otra persona así que ese día aproveche antes de que se marchara que padre no estaba y me escabullí en su cuarto lista para demostrarle mi agradecimiento de la única forma que mis padres me habían enseñado – él y yo no tenemos nada que importe – le dije mientras me metía en su cama, al joven se le hizo una sonrisa y acaricio mi cara con su pulgar entonces me beso en la boca y me hizo el amor tan despacio y placentero que no supe después cómo puede regresar a mi cuarto. Por juzgar la cara que tenia padre lo que me esperaba no era buena, se paró de mi cama y se me acerco propinándome una bofetada usando como excusa el hecho de que le era infiel con el joven entonces me tiro en la cara con fuerza inhumana penetrándome tan fuerte como nunca lo había hecho: sin caricias ni besos solo sexo violento – ese es tu castigo – dijo mientras me ahorcaba. Así fueron las otras noches pero prefería hacerlo así con tal de pasar entonces los días cerca del joven que tanto calor me brindaba hasta que esa noche padre me hizo chillar muy fuerte y no exclusivamente por la forma en la que me hacía el amor si no por los golpes que me propinaba esos que le pedía que me diera y tome el abre cartas que tenia bajo la almohada pidiéndole que me rasgara con él, también rogándole que me penetrara a un más fuerte y violento y ahí se lo clave – creíste que todo fue de gratis, que iluso – fueron las últimas palabras que mi amado padre escucho antes de que llegaran los invitados de la casa asustados por los gritos y siendo testigo de la escena que había planeado durante años junto a maría esperando pacientemente el día que alguien llegara y pudiera presenciar tal escena. Tome a maría en brazos, mi preciada muñeca y juntas por fin obtuvimos nuestra libertad mientras que ellos ilusos me acurrucaron y creyeron todos mis llantos sin saber que esa noche fue una de las mejores que había pasado junto a mi mejor amante.