No era más que un día normal donde llovía a cantaros y no encontraba
más que hacer que pararme en una ventana junto a mi querida maría donde veía
los autos que se aparcaban fuera del orfanato, con las ganas de que una de esas
personas con sus abrigos y sombrillas de colores sombríos me adoptaran, aunque
no pase mucho tiempo sentada en esa triste ventana viendo una triste y
deprimente vista o más bien visualizando un sueño lejano pero que por fin había
llegado por mas imposible que se viera puesto que contaba con 8 años y los
padres regularmente prefieren de menos edad. La primera vez que los vi no
estaba tan sorprendida ya que no era más que un par de padres que por razones
no tan obvias no tenían hijos. la madre: teffy, usaba unos lentes más grandes
que su propia cara y un vestido ceñido de animal print y resaltaba su delgada y
bella figura dándole razones para no querer embarazarse y comía una goma de
mascar de forma molesta mientras le hacía vueltas a su rubio cabello, en
cambio, el padre no era más que un miserable señor de algunos 30 y algo que se
dejaba notar en su rostro que una putilla lo había embaucado y ahora se
encontraba en esa situación aunque detrás de su amargo rictus estaba
una risilla indescriptible
el hogar era un favorable departamento en la ciudad, donde me
quedaba a jugar con maría y las únicas muñecas que teffy me había obsequiado,
las semanas pasaban y ya me había acostumbrado
a la vida casera puesto que no era muy diferente a lo que solía ser y entonces
ocurrió, padre tomaba un año sabático y teffy trabajaba como ocho horas al día
dejando a padre y a mi sin cuidado materno, aunque esta no tenía ni la M de
maternal pues prestaba más atención al retocado su bronceado y sus
extensiones de cabello que a lo que
padre me ensañaba en el hogar. No era la primera vez que teffy nos dejaba solos
en la casa ni la primera vez que padre me miraba extraño. Ese día tomaba una
ducha y aprovechaba para lavarme el cabello cuando de repente escuché el leve
rechinar de la puerta que se abría, me tense como era de esperarse pero el
susto me lo lleve cuando sentí sus manos en mi cara tapándome la boca para que no gritase y mis ojos para que
lo no viera aunque su aroma masculino lo delataba, pero era tal el susto que
apenas podía hablar y mucho menos gritar. Acaricio mi brazo y saboreo con su
lengua mi cuello húmedo entonces me soltó y mire atrás viéndolo completamente
mojado con tan solo unos calzoncillos y una camiseta. Puso su dedo en la boca
indicando que hiciera silencio, bajo su mano y la llevó a mi entrepiernas
abriéndose espacio en aquella zona, acaricio y jugo a su antojo mientras lamia
mi rostro tan solo dándome beta a retorcerme ante su tacto.
Tanto me había acostumbrado a la vida familiar como a las tardes
sin teffy y a las llamadas a mi cuarto cada día. Tocaba a mi puerta de manera
particular dándome la señal de que debía desvestirme y esperarlo como un perro
a su amo: de rodillas contra la cama, entonces se saboreaba y lamia toda mi
columna vertebral, me toqueteaba toda y luego se marchaba. Así sucedía por lo
menos semanal pero esa tarde en la que teffy discutió con padre no quise abrir
cuando llamo a mi puerta, estaba cansada y soñolienta pero eso le importo 0
abrió con su llave y me miro de manera férrea.
- como te enseñe – me ordeno sin déjame de otra que sucumbir ante
sus deseos, me despoje de la bata y descubrí mi cuerpo plano, pero eso no le
valía y a diferencia de otras veces escuche despaldas como padre se
desabrochaba el cinturón, bajaba su cremallera y me rozaba con su miembro
eréctil mis partes inferiores. Abrazaba mi dimito cuerpo mancillando y besando
cada parte de él como si este fuera suyo para después ponerme de frente a él haciéndome
ver su mirada sombría y deseosa. Se lleno la boca de mis virginales labios e introdujo
su lengua atreves de los mismos, bajo la mano y jugo un rato por ahí hasta que me
cerro nuevamente la boca y me abrió las piernas penetrándome lentamente
haciendo que me retorciera de dolor y ahí cobro velocidad y profundidad sin importarle
como sangraba ni tomar en cuenta las lagrimas que se resbalaban de mis mejillas
mientras que el se daba vida encima de mi pequeño cuerpo.
Mientras no nos veían padre se hacía cargo de aprovechar el nuevo
cuerpo que se formaba en mi y no desperdiciaba ninguna oportunidad de hacerme
saber lo mucho que le gustaba apoderarse de él, de descansar en mi crecido
pecho y mancillar esas nuevas caderas. En cambio yo si me cansaba de que cada
vez que se peleara con teffy fuera a mi cuarto y lo hiciera con furia así que
me dispuse a contarle todo a mi supuesta madre para que así parara con mi
sufrimiento pero en vez de eso – ¡calla, tonta, tú eres aquí la única culpable
de todo! – fue el consuelo que conseguí departe de mi madre quien estaba muerta
de rabia, impotencia y más que todo eso envidia, ella no podía soportar la idea
que todo el dinero que derrochaba en su belleza era para nada ya que todas las
noches donde su marido buscaba consuelo era en los brazos de su pequeña también
sabía que denunciarlo por abuso no era la mejor opción pues prefería tenerlo en
brazos de otra pero en casa que lejos de ella así que toda esa rabia era
descargada en mí y para mi desgracia al igual que padre había encontrado la
calma en sus brazos. Cansada de los castigos de teffy aprendí a comportarme
dentro del infierno convirtiéndome así en el mismo diablo, volviendo todas mis
desventajas en ventajas, refugiándome detrás de padre para que teffy no me
hiciera daño y finalmente aprendiendo a disfrutar lo que me hacia padre.
Esa noche lo aceche y no le di la oportunidad de dar la señal que
teníamos, abrí la puerta ya desnuda y dispuesta a que me utilizara, me llevo a
la cama y me beso completa incluyendo lugares que no sabía que se besaban
antes, había practicado una actividad que me había forzado a hacer antes y la había
puesto en marcha solo para que él lo disfrutara así que me llene la boca con su
miembro mientras lamia y sorbía como lo había visto en una de esas películas que él veía antes de tocarme. Rozó su miembro
húmedo por mi pecho luego se lleno la boca de ellos aplicando varias mordidas
suaves y no procure en esconder el placer culpable que
me daba entonces ahí me penetro de manera ruda pero creo que con el tiempo me
fui acostumbrando a su forma y así me fue gustando que lo hiciera. Tanto como
que me penetrara fuerte, me gustaba que lo hiciera con los dedos al igual que
eso de tocarme donde se encontraba lo que después supe que se llamaba clítoris.
Se podría decir que mientras no nos veían disfrutaba plenamente de todo lo que
padre me hacia tanto como él o mas, así que lo único que impedía nuestra
libertad era teffy pero esta fue más fácil de lo que pensaba solo tuve que
provocarla para que me golpeara y luego hacer que padre la echara a la calle
así disfrute a plenitud mis amoríos con padre hasta que un día llego alguien,
un muchacho de algunos diecisiete. Tres años más que yo y descubrió a padre
encima mío... y yo, descubrí nuestra libertad. El joven aunque temeroso era el
hijo de un amigo de mi padre el cual desde que teffy se fue padre les dejo
vivir hasta que su problema de plomería acabara, jugaba y contaba historias a
aquel joven tan dulce e inocente, inocencia que no poseía tanto así que un día
se atrevió a tocar mi mejilla por puro accidente y aunque no era entrometido me
pregunto qué tipo de relación llevaba con padre, pero no conseguí explicarle, sabía
muy bien que no era una aceptada. Nos tomábamos de la mano y me hacia reír como
ninguna otra persona así que ese día aproveche antes de que se marchara que
padre no estaba y me escabullí en su cuarto lista para demostrarle mi
agradecimiento de la única forma que mis padres me habían enseñado – él y yo no
tenemos nada que importe – le dije mientras me metía en su cama, al joven se le
hizo una sonrisa y acaricio mi cara con su pulgar entonces me beso en la boca y
me hizo el amor tan despacio y placentero que no supe después cómo puede
regresar a mi cuarto. Por juzgar la cara que tenia padre lo que me esperaba no
era buena, se paró de mi cama y se me acerco propinándome una bofetada usando
como excusa el hecho de que le era infiel con el joven entonces me tiro en la
cara con fuerza inhumana penetrándome tan fuerte como nunca lo había hecho: sin caricias ni besos solo sexo violento – ese es tu castigo – dijo mientras me
ahorcaba. Así fueron las otras noches pero prefería hacerlo así con tal de
pasar entonces los días cerca del joven que tanto calor me brindaba hasta que
esa noche padre me hizo chillar muy fuerte y no exclusivamente por la forma en
la que me hacía el amor si no por los golpes que me propinaba esos que le pedía
que me diera y tome el abre cartas que tenia bajo la almohada pidiéndole que me
rasgara con él, también rogándole que me penetrara a un más fuerte y violento y
ahí se lo clave – creíste que todo fue de gratis, que iluso – fueron las últimas
palabras que mi amado padre escucho antes de que llegaran los invitados de la
casa asustados por los gritos y siendo testigo de la escena que había planeado
durante años junto a maría esperando pacientemente el día que alguien llegara y
pudiera presenciar tal escena. Tome a maría en brazos, mi preciada muñeca y
juntas por fin obtuvimos nuestra libertad mientras que ellos ilusos me
acurrucaron y creyeron todos mis llantos sin saber que esa noche fue una de las
mejores que había pasado junto a mi mejor amante.