miércoles, 19 de octubre de 2022

Perdida

 

Hacía mucho tiempo, no me sentía tan perdida como lo hago ahora. 

Un barco sin brújula, aunque esta comparación no define con certeza lo que siento en este momento. ¿Cómo explicarías el sentimiento de no tener un norte? O más bien, el tener miles de nortes.

¿Qué es lo que quiero? No lo sé, pero ¿No es eso lo que todos los humanos buscamos? ¿Encontrarnos a nosotros mismos? ¿Justificar su existencia buscando significado hasta en el detalle más mínimo? 

En estos días en los que no me he reportado me he visto enfrentada a una verdad terrible de aceptar, una pared con las que mucho se topan y pocos pueden escalar y no puedo evitar preguntarme si yo seré parte de esos pocos que superan esta adversidad, pues enfrentarse a tu propia inutilidad no es cosa sencilla.

Ante este contratiempo, mi primera reacción fue evaluar cómo podría atacar esa debilidad mía, ¿qué me faltaba para estar completa? ¿Qué ganaba llenando ese vacío? Y finalmente, ¿dónde me llevaría esta habilidad? 

¿No les mentiré, he tomado un sinnúmero de pasatiempos como tal, algo que me entretiene de momento, hasta que me harta y se deseca... pero, alguno realmente me llevara a algún lugar? 

Lo terrible de todo es que hasta ahora muchos pensarían que "la gran muralla" con la me enfrento es adquirir esa habilidad que tanto me falta, o la dificultad de darse cuenta de que hasta aquí llegó lo que puedo hacer por mi cuenta, el tener que pedir ayuda, la falta de una fuente económica que me ayude a alcanzar eso que no tengo... y pues si así fuera mis leyentes, les sería rato saber que si fueran una de las anteriores opciones mi problema estuviera resuelto. Habría conquistado el mayor revés que la vida me ha tirado hasta ahora, pero no. Mi mayor problema soy yo y mi falta de determinación para conseguirlo.

¿No es esta una de las entradas más largas que he hecho? Demonios, ni siquiera rima.

En fin, como les iba diciendo...

 Nunca me han diagnosticado con algún problema mental, peor a veces no necesito que lo hagan, sé que cuestionarse tan constantemente, no puede ser sano, tampoco no querer levantarte de la cama porque le tienes miedo a seguir adelante y enfrentar la inevitable. Tal vez si sea cosa de todo el mundo, peor mi caso es un sentimiento enfermizo que se apodera de mi cuerpo haciendo sentir miserable, un constante debate entre lo que quiero y... lo que también quiero. Quiero tantas cosas y tanta fuerza que al final no loro hacer nada. 

Quiero ser una gran artista, quiero ser una brillante escritora, quiero la admiración de las masas y el amor de toda una generación, quiero ser inmortal... todo esto sin salir de la comodidad de mi cama ¿Es eso posible? ... ... ... sí saben la forma alguien dígala ya.

Cada noche me planteo levantarme de la cama, enfrentar mis miedos, hacer algo productivo ¡Darme una ducha por amor de dios! Pero en cuanto abro los ojos, el único pensamiento que llega a mi mente es reposicionarme en la cama y volver a dormir, y así las horas pasan y crece el tormento en mi mente de que debo abrir la puerta de aquel cuarto que se ha convertido en una pesadilla ¡y ponerme a trabajar! Sin embargo, aquí estoy en ropa interior con las tetas al aire, escribiendo mis frustraciones mientras veo las manecillas de mi ruidoso reloj, seguir adelante, acompañándome, mostrando como sigo estancada mientras el tiempo pasa dejándome atrás.

Si no lo han entendido he aquí el problema, "la gran muralla" "el maligno revés de la vida" mi gran inutilidad... yo y mi miedo a no saber dónde ir, a como seguir, al fracaso que veo en mi futuro y que me detiene, mi problema es darme cuenta de lo que por fin después de tantos años quiero y como no puedo obtenerlo de la manera fácil. La gran muralla es darme cuenta de que no he hecho nada en mi vida para convertirme en lo que quiero ser, mi inutilidad es encontrar mis debilidades y no hacer nada para superarlas porque tengo tanto miedo al fracaso que prefiero no esforzarme para obtenerlo.

Mi sentido de perdida no es más que ver mi norte alejarse cada día más, pues no camino detrás de él.

 

sábado, 25 de junio de 2022

2022-06-22

¿ A veces no te preguntas cuando ya es suficiente? ¿Si eres la única persona que lo siente? 

Como saber cuando es el momento de respirar y detenerse, poder ver el panorama completo, olvidarse de los besos que una vez fueron y tan solo observar. 

Observar con detenimiento cada gesto, cada recuerdo. Traer de vuelta a tu memoria las veces en la te sentiste una con el cielo ¿Es eso cierto? 

Detén la memoria, mira sus ojos, examina sus movimientos ¿Es verdad? ¿Vale al pena esperar? 

Mientras más pasa el tiempo suelo hacerles esas preguntas, hurgo en lo más profundo de mis pensamientos buscando una pista, una señal que me pueda indicar si aquello que vivimos no fue solo una casualidad, una cosa cualquiera, una noche que seguro ni recuerdas ¿fue real?

Ya la sensación de tu mano sobre la mía, tu mirada aquel día, las personas que nos rodeaban, la música que sonaba al rededor ¿sentiste lo mismo? 

He vivido y he amado, he sufrido y llorado, he reído y buscado. Pero no puedo olvidar. Estas ahí, detrás de mis pensamientos, en el recóndito lugar donde se esconden los más profundos miedos y los tormentos, donde se guarda el dolor de tus tobillos al aprender a caminar. Estas ahí entre las sobras acechando mi memoria y asomándose en mis tiempos de debilidad. 

Eres como un animal al acecho. Cazando en la selva de mi cerebro, jugando con mi cordura aún cuando ya no puedo visualizar tu cara en mis recuerdos ¿Eres real? ¿Eras tu? 

¿A veces no se preguntan cuando ya es suficiente? ¿Cómo olvidar lo que uno siente? ¿Cuándo dejar ir? 

Si no eras tu quien ahí estaba, si solo a mi pertenecía aquella velada, entonces ¿Quién eres? 

¿A caso eres la soledad proyectada? ¿Una fantasía fracasada? O ¿Eres el triste remordimiento destruyendo mi conciencia? 

No se ustedes pero, ¿A veces no se preguntan cuando ya es suficiente? ¿Cómo olvidar lo que uno siente? ¿Cuándo dejar ir al fantasma remanente de lo que una vez fuiste? 

¿debería seguir esperando? 

No lo se.