lunes, 4 de noviembre de 2013

Unas cuantas reglas de convivencia

Hay cosas que el ser humano debería saber de antemano, que son las reglas de oro según mi criterio:
No le hagas al otro lo que a usted no le gusta que se le haga, pongase en el lugar del otro si a usted no le gusta que le den pues no le de al otro ¿ o que cree? ¿que al otro le gusta? (Se dan sus casos)

En eso entra el tema de la escucha, como tanto a usted le gusta que le escuchen to su pluma e' burro entonces aguantese la ajena como los otro se aguantan las suyas.

RESPETE LA OPINION AJENA. Si el otro le gusta el rosado y a usted el azul cual es la necesidad de cargarse en el rosado solo porque a usted no le gusta, pienselo analicelo a usted (me imagino) no le gusta que se caguen en su artista favorito o en lo que sea que a usted le guste. Si a usted no le gusta lo del otro entonces usted solo dice: a mi no me gusta.

Ahora después de saber estas cuantas reglas de convivencia pacífica usted decide.

sábado, 19 de octubre de 2013

una pared.

la vida es como una pared de escalada: uno aveces mientras subes das malas pisadas que te hacen retroceder, aveces te caes o terminas de cabeza pero siempre, siempre hay que seguir subiendo.

jueves, 26 de septiembre de 2013

lo que queria (2)

Que tan difícil puede serle a una persona darse cuenta de que es supremamente deseada? pero no de la manera en la cual este cree sino de otra, talvez mas cálida o mas agresiva. Con lo barato que son los besos ¿por que no me callas con uno de esos? ¿por que no mientras me tomas acaricias mi cabello sudado y me miras fijamente? No te pido que me comas besos o me hagas en amor estilo novela (aunque no esta de mas soñarlo) ni que seas en la cama un letargo de almíbar tan solo pido que me veas y me desees como yo lo hago.

¿que tan complicado es que notes en mi forsada mirada que te deseo o mas bien que deseo que me veas como a un humano?

Pero el hecho es que si te has dado cuenta y por eso te haces el que sabe nada

lunes, 9 de septiembre de 2013

miedos absurdos

aveces me aterro de maneras inimaginables pensando que al postear un sin número de estupideces como una total desconocida ante los ojos del lector venga un desalmado sin creatividad, robe mis pensamientos y gane dinero sucio a costa de mis sentimientos...

sin dejarme mas salida que resignarme a la idea de que es un mundo frio donde el mal prevalece sobre los justos y personas que no saben como patentar algo.
aveces hay que tener miedo de aquellas personas astutas, o mas bien hay que temerle a la propia ignorancia.

viernes, 6 de septiembre de 2013

lo que quería

todo lo que quería era abalanzarme a el aprovechando la privacidad que nos  brindaba ese ascensor, enredando los abrazos alrededor de su cuello y comiéndomelo a besos con mutua pasión... eso era lo que quería, pero, ya tenia lo que necesitaba... su mirada.

jueves, 15 de agosto de 2013

Mientras no nos ves

No era más que un día normal donde llovía a cantaros y no encontraba más que hacer que pararme en una ventana junto a mi querida maría donde veía los autos que se aparcaban fuera del orfanato, con las ganas de que una de esas personas con sus abrigos y sombrillas de colores sombríos me adoptaran, aunque no pase mucho tiempo sentada en esa triste ventana viendo una triste y deprimente vista o más bien visualizando un sueño lejano pero que por fin había llegado por mas imposible que se viera puesto que contaba con 8 años y los padres regularmente prefieren de menos edad. La primera vez que los vi no estaba tan sorprendida ya que no era más que un par de padres que por razones no tan obvias no tenían hijos. la madre: teffy, usaba unos lentes más grandes que su propia cara y un vestido ceñido de animal print y resaltaba su delgada y bella figura dándole razones para no querer embarazarse y comía una goma de mascar de forma molesta mientras le hacía vueltas a su rubio cabello, en cambio, el padre no era más que un miserable señor de algunos 30 y algo que se dejaba notar en su rostro que una putilla lo había embaucado y ahora se encontraba en esa situación aunque detrás de su  amargo rictus estaba una risilla indescriptible

el hogar era un favorable departamento en la ciudad, donde me quedaba a jugar con maría y las únicas muñecas que teffy me había obsequiado, las semanas pasaban y ya me había  acostumbrado a la vida casera puesto que no era muy diferente a lo que solía ser y entonces ocurrió, padre tomaba un año sabático y teffy trabajaba como ocho horas al día dejando a padre y a mi sin cuidado materno, aunque esta no tenía ni la M de maternal pues prestaba más atención  al retocado su bronceado y sus extensiones de cabello  que a lo que padre me ensañaba en el hogar. No era la primera vez que teffy nos dejaba solos en la casa ni la primera vez que padre me miraba extraño. Ese día tomaba una ducha y aprovechaba para lavarme el cabello cuando de repente escuché el leve rechinar de la puerta que se abría, me tense como era de esperarse pero el susto me lo lleve cuando sentí sus manos en mi cara tapándome la  boca para que no gritase y mis ojos para que lo no viera aunque su aroma masculino lo delataba, pero era tal el susto que apenas podía hablar y mucho menos gritar. Acaricio mi brazo y saboreo con su lengua mi cuello húmedo entonces me soltó y mire atrás viéndolo completamente mojado con tan solo unos calzoncillos y una camiseta. Puso su dedo en la boca indicando que hiciera silencio, bajo su mano y la llevó a mi entrepiernas abriéndose espacio en aquella zona, acaricio y jugo a su antojo mientras lamia mi rostro tan solo dándome beta a retorcerme ante su tacto.

Tanto me había acostumbrado a la vida familiar como a las tardes sin teffy y a las llamadas a mi cuarto cada día. Tocaba a mi puerta de manera particular dándome la señal de que debía desvestirme y esperarlo como un perro a su amo: de rodillas contra la cama, entonces se saboreaba y lamia toda mi columna vertebral, me toqueteaba toda y luego se marchaba. Así sucedía por lo menos semanal pero esa tarde en la que teffy discutió con padre no quise abrir cuando llamo a mi puerta, estaba cansada y soñolienta pero eso le importo 0 abrió con su llave y me miro de manera férrea.
- como te enseñe – me ordeno sin déjame de otra que sucumbir ante sus deseos, me despoje de la bata y descubrí mi cuerpo plano, pero eso no le valía y a diferencia de otras veces escuche despaldas como padre se desabrochaba el cinturón, bajaba su cremallera y me rozaba con su miembro eréctil mis partes inferiores. Abrazaba mi dimito cuerpo mancillando y besando cada parte de él como si este fuera suyo para después ponerme de frente a él haciéndome ver su mirada sombría y deseosa. Se lleno la boca de mis virginales labios e introdujo su lengua atreves de los mismos, bajo la mano y jugo un rato por ahí hasta que me cerro nuevamente la boca y me abrió las piernas penetrándome lentamente haciendo que me retorciera de dolor y ahí cobro velocidad y profundidad sin importarle como sangraba ni tomar en cuenta las lagrimas que se resbalaban de mis mejillas mientras que el se daba vida encima de mi pequeño cuerpo.

Mientras no nos veían padre se hacía cargo de aprovechar el nuevo cuerpo que se formaba en mi y no desperdiciaba ninguna oportunidad de hacerme saber lo mucho que le gustaba apoderarse de él, de descansar en mi crecido pecho y mancillar esas nuevas caderas. En cambio yo si me cansaba de que cada vez que se peleara con teffy fuera a mi cuarto y lo hiciera con furia así que me dispuse a contarle todo a mi supuesta madre para que así parara con mi sufrimiento pero en vez de eso – ¡calla, tonta, tú eres aquí la única culpable de todo! – fue el consuelo que conseguí departe de mi madre quien estaba muerta de rabia, impotencia y más que todo eso envidia, ella no podía soportar la idea que todo el dinero que derrochaba en su belleza era para nada ya que todas las noches donde su marido buscaba consuelo era en los brazos de su pequeña también sabía que denunciarlo por abuso no era la mejor opción pues prefería tenerlo en brazos de otra pero en casa que lejos de ella así que toda esa rabia era descargada en mí y para mi desgracia al igual que padre había encontrado la calma en sus brazos. Cansada de los castigos de teffy aprendí a comportarme dentro del infierno convirtiéndome así en el mismo diablo, volviendo todas mis desventajas en ventajas, refugiándome detrás de padre para que teffy no me hiciera daño y finalmente aprendiendo a disfrutar lo que me hacia padre.


Esa noche lo aceche y no le di la oportunidad de dar la señal que teníamos, abrí la puerta ya desnuda y dispuesta a que me utilizara, me llevo a la cama y me beso completa incluyendo lugares que no sabía que se besaban antes, había practicado una actividad que me había forzado a hacer antes y la había puesto en marcha solo para que él lo disfrutara así que me llene la boca con su miembro mientras lamia y sorbía como lo había visto en una de esas películas  que él veía antes de tocarme. Rozó su miembro húmedo por mi pecho luego se lleno la boca de ellos aplicando varias mordidas suaves  y  no procure en esconder el placer culpable que me daba entonces ahí me penetro de manera ruda pero creo que con el tiempo me fui acostumbrando a su forma y así me fue gustando que lo hiciera. Tanto como que me penetrara fuerte, me gustaba que lo hiciera con los dedos al igual que eso de tocarme donde se encontraba lo que después supe que se llamaba clítoris. Se podría decir que mientras no nos veían disfrutaba plenamente de todo lo que padre me hacia tanto como él o mas, así que lo único que impedía nuestra libertad era teffy pero esta fue más fácil de lo que pensaba solo tuve que provocarla para que me golpeara y luego hacer que padre la echara a la calle así disfrute a plenitud mis amoríos con padre hasta que un día llego alguien, un muchacho de algunos diecisiete. Tres años más que yo y descubrió a padre encima mío... y yo, descubrí nuestra libertad. El joven aunque temeroso era el hijo de un amigo de mi padre el cual desde que teffy se fue padre les dejo vivir hasta que su problema de plomería acabara, jugaba y contaba historias a aquel joven tan dulce e inocente, inocencia que no poseía tanto así que un día se atrevió a tocar mi mejilla por puro accidente y aunque no era entrometido me pregunto qué tipo de relación llevaba con padre, pero no conseguí explicarle, sabía muy bien que no era una aceptada. Nos tomábamos de la mano y me hacia reír como ninguna otra persona así que ese día aproveche antes de que se marchara que padre no estaba y me escabullí en su cuarto lista para demostrarle mi agradecimiento de la única forma que mis padres me habían enseñado – él y yo no tenemos nada que importe – le dije mientras me metía en su cama, al joven se le hizo una sonrisa y acaricio mi cara con su pulgar entonces me beso en la boca y me hizo el amor tan despacio y placentero que no supe después cómo puede regresar a mi cuarto. Por juzgar la cara que tenia padre lo que me esperaba no era buena, se paró de mi cama y se me acerco propinándome una bofetada usando como excusa el hecho de que le era infiel con el joven entonces me tiro en la cara con fuerza inhumana penetrándome tan fuerte como nunca lo había hecho: sin caricias ni besos solo sexo violento – ese es tu castigo – dijo mientras me ahorcaba. Así fueron las otras noches pero prefería hacerlo así con tal de pasar entonces los días cerca del joven que tanto calor me brindaba hasta que esa noche padre me hizo chillar muy fuerte y no exclusivamente por la forma en la que me hacía el amor si no por los golpes que me propinaba esos que le pedía que me diera y tome el abre cartas que tenia bajo la almohada pidiéndole que me rasgara con él, también rogándole que me penetrara a un más fuerte y violento y ahí se lo clave – creíste que todo fue de gratis, que iluso – fueron las últimas palabras que mi amado padre escucho antes de que llegaran los invitados de la casa asustados por los gritos y siendo testigo de la escena que había planeado durante años junto a maría esperando pacientemente el día que alguien llegara y pudiera presenciar tal escena. Tome a maría en brazos, mi preciada muñeca y juntas por fin obtuvimos nuestra libertad mientras que ellos ilusos me acurrucaron y creyeron todos mis llantos sin saber que esa noche fue una de las mejores que había pasado junto a mi mejor amante.

miércoles, 10 de julio de 2013

La flor.


A pocas semanas de nuestro muy esperado aniversario, Nicholas trajo a casa, de su visita a las amazonas una bellísima y exótica flor a la cual paso días y noches enteras cuidando y mimando, hasta el punto de descuidar su salud y a su matrimonio.

—Tiene una finalidad importante—me recordaba cada vez que lo veía con mala cara mientras regaba la planta. No salía al llegar a casa, en vez de preguntar por cómo había sido mi día solo preguntaba cómo estaba la flor. Hasta que ese día llego donde me arme de valor, inhalé el aire que  lleno mis pulmones de valentía, misma valentía que me permitió  descargar en mi marido la necesidad que tenia de atención, sintiéndome abandonada y rebelando que ciertamente estaba envidiosa de una patética flor. Mi marido, en cambio por momento se ahogaba con palabras que no se atrevía a decir, entonces solo callaba, dejando que yo aprovechara y siguiera  recriminando y pidiéndole que tire a la basura la flor, pero se había negado rotundamente. Alejándome más cada día, haciendo la brecha entre nosotros más grande todavía.

No bastaba con lo infeliz que me sentía, lo estúpida que me veía al sentir celos de una de una planta. Era el día de nuestro tan esperado aniversario, pero, no había contado con que pelearíamos de nuevo a causa de esa flor que no solo iba destruyendo nuestro matrimonio, sino que también descuidaba su salud que después de todo para mí era lo más importante, salí del cuarto donde él se encerraba a practicar la jardinería, luego de decirle toda la porquería que pudo salir por mi boca en el momento de enojo, estrellando la puerta, entonces justo después,  detrás de mi escuche como su cuerpo se desplomo en el piso.
Deje caer la taza de té que tenía en las manos al ver su cuerpo colapsando en el piso... un frio helado recorrió mi espina dorsal  dejándome inmóvil. Quería tirarme a su lado pero el shock tenía mis piernas pegadas al piso y temblando del horror. Manteniendo un desgarrador punzón en el estómago y un amargo sabor en la boca, me miro con una mirada cálida usual en él a pesar de tu estado deplorable rompiendo así las cadenas que me pegaban al suelo. Me desplome encima de mis rodillas y sin importarme el ardor que sentía en ellas, me acerque a él a rastras, le di una examinada rápida notando que cada vez se ponía más pálido y decadente. Colocando su cabeza en mi regazo me dio una sonrisa que estallo el llanto en mí, aparte el cabello de su rostro y mientras secaba la espuma que salía de tu boca con mi vestido iba recordando como esa misma mañana había terminado de verter el suero asesino que le había estado echando  a la maldita flor— ¿Cómo fuiste tú a ser la victima?  —Me preguntaba en mis adentros, completamente destrozada— ¿Cuánto tiempo había disimulado ante mí? ¿Cuánto tiempo su vida había estado yéndose frente a mí?  —había sido tan egoísta, nunca me hubiera imaginado que todo terminaría de esa manera tan fatal y tétrica—era para ti amor— susurro con suma dificultad utilizando su último aliento de vida entonces enseguida murió y yo detrás de él.


Hoy esa hermosa flor aún vive como si no hubiera pasado nada, deslumbrando con sus colores desde la ventana la lúgubre casa de una asesina.

sábado, 6 de julio de 2013

Natasha

Obligada a vivir lejos del mundo que conocía, Natasha con apenas 15 años llego a la casa del hombre que solo había visto en unas cuantas vacaciones de verano. La joven abrió la puerta causando un crujido molesto. La casa olía vagamente a anciano mientras que la oscuridad y el polvo parecían formar parte de la  decoración de la casa. Dejo sus maletas cerca del juego de muebles antiguos – ¡llegue! – dijo mientras subía las escaleras y observaba unas fotografías de su abuelo junto a la mujer que podría ser su abuela.

Un pasillo se abrió ante sus ojos luego de pasar el descanso de la escalera, subió los otros tres escalones restantes y luego entro en busca de su abuelo a la primera puerta del pasillo que vio, pero, fue en vano esta solo era la del baño y así siguió abriendo las otras puertas que seguían hasta que noto lo obvio: la luz que salía de la 4ta.
- oh ya llegaste-
- no lo había notado –  respondió  sarcástica mientras trataba de comparar el recuerdo de la ultima ves que había visto a su abuelo  sin encontrar ninguna diferencia. Este seguía luciendo como de unos 50 años, rasco su rubia cabellera y lamió la parte superior de sus labios – sigues teniendo el mismo sentido del humor, aun lo recuerdo – dijo sonriendo y poniéndose de pie, media como un 1.87m de alto y sus ojos tan azules como el cielo mismo – no, no lo haces Iván, tenemos como ocho años sin vernos – respondió gélidamente; prosiguió a arrastrar una silla con su pie derecho hasta poder desplomarse en ella, entonces sumergió su mejilla en la palma de su mano.
- ¿donde esta mi cuarto? Necesito recostarme.
- última puerta del pasillo-  se puso los lentes y nuevamente se introdujo en el libro de Dan Brown que tenía en sus manos.

Natasha abrió la puerta y subió una escalera de caracol que se encontraba detrás de ella pensando que el viejo la había tirado a un rincón para no tener que notar su presencia pero su perspectiva del asunto cambio cuando se deslumbro ante el brillo de aquel enorme balcón que daba vista a la playa y las largas repisas rellenas de libros, soltó inmediatamente lo que tenia a la mano y comenzó a toquetear y a ver todo de cerca por ultimo se lanzo a la cama y cerro los ojos durante unos minutos.
- ¿te gusta? -
- un poco tal vez – dijo tratando de no dañar su primera impresión. Su abuelo se sentó con la mínima dificultad  en el borde de la cama, se dibujo una mueca en la cara, luego de pasar una mano por la cabeza y bajarla estrujando su cara respiro profundo y soltó algo que temía decir de forma brusca -  sien… siento lo que paso – respiro nuevamente prosiguió mas confiado al ver que Natasha no respondió de manera exaltada a su comentario – se que es difícil, pero espero que te guste estar aquí… realmente me gustaría.
- no creo que me quede de otra – dijo sentándose sobre la cama y poniendo los ojos en blanco – ¿me dejarías? Ya sabes mañana es día de escuela y todo eso – su abuelo solo se paro y cerro la puerta.

*****
Un zumbido increíblemente molesto hizo que pudiera tirar el brazo sobre el despertador, que seguramente había puesto su abuelo,  para callar la alarma enseguida, no pudo hacer nada ya que esta no era la misma que tenia, con esto recordó que ya no estaba en su casa… en su cuarto, en su hogar con sus padres. Se tiro literalmente de la cama y fue a rastras hasta el baño donde se quedo dormida otros diez minutos en la taza del inodoro.  Se despojo de su sabana y logro hacer el intento de ducha.

No encontró en la cocina desayuno recién hecho como esperaba hacerlo, pero de todos modos ella no solía desayunar solo quería darse el lujo de rechazarlo o llevárselo en la mochila para comerlo durante clases o solo le serviría de escusa para conocer a alguien en su primer día de escuela. Esperó sentada en el sillón y antes de eso se tomo la molestia de abrir la ventana y despejar la cortina. Iván bajo las escaleras a paso lento con los ojos entre cerrados – tu manejas – dijo mientras le tiraba unas llaves a Natasha esperando que las atrapase, estas cayeron en el suelo en un intento fallido por atraparlas.

- ¿Por qué no manejas tu? – dijo mientras encendía el auto rojo del 70 y algo de su abuelo.
- tengo 60 y pico de años ¿crees que quiera manejar a las 7 de la mañana?
 Siguió las complicadas instrucciones de su abuelo hasta llegar a lo que era su nueva escuela. Su día no fue muy distinto a los de su otra escuela, clases, clases, profesores tontos y más clases hasta que llego el momento de regresar a la casa  y esta ves tomo el autobús.

En casa su abuelo la estaba esperando con el almuerzo, se sirvió y siguió de largo a su cuarto, su animo solo le dio para llenarse la boca de unas pequeñas cucharadas y  dejar el plato sobre la mesita de noche, salio al balcón y se tiro con una revista “muy interesante” en la cara y se puso a dormir.

Pequeñas gotas como rocío adornaban su piel sintiéndose como calambre, entonces, su revista se fue volando,  estaba oscuro quizás las 8 o 9 de la noche, la llovizna incrementaba y ya ella estaba empapada, abrió la puerta corrediza dejando el rastro de ropa hasta su baño.

El agua caía suave sobre su piel fría al igual que un par de lagrimas, siendo la primera ves que lloraba desde que le dieron la noticia de que vendría a vivir con su abuelo, se dejo caer en la tina abrasándose  de sus rodillas  y así siguió durante aproximadamente diez minutos. Con los ojos cerrados tomo la primera toalla y comenzó a secar su cabello. Con la toalla  en la cabeza y el cuerpo desnudo y tembloroso por el frío abrió la puerta del closet mientras que a tientas buscaba otra toalla, pero, una caja calló en medio de su cara, tirándo  tanto la caja desparramada al suelo como a ella, un poco inconsciente quito de su cara las hojas, notas y fotografías dejándolas a un lado, se sobo la parte de la cara donde la caja la había golpeado y al ponerse de pie pateo la caja y tomo del closet lo que estaba buscando.  ya cubierta con una toalla gigantesca color azul  se puso de rodillas en el suelo para meter todo nuevamente.

Imágenes de una vida alegre, fiestas, boas en el cuello y un carro rojo del 70 como el que estaba parqueado en el garaje, no era difícil darse cuenta de era Iván quien estaba en esas fotos abrasado a una pelirroja, de algunos veinte años, la misma que protagonizaba la mayoría de las fotos en sepia bailando ballet.

No solo eran un montón de fotografías dispersas, la mayoria fueron tomadas en Rusia pues una de las fotos fue frente a la catedral de san basilio. Cada una de estas tenía breves reseñas y el nombre de cada lugar como estaban: la catedral de Kazán, la columna de Alejandro, la catedral de san Petersburgo, el teatro Mariinsky entre otros pero el que mas llamo su intención fue una fotografía de su abuelo tratando de no ser fotografiado, de espaldas a un muelle. Giro la foto para ver la inscripción en ruso extremadamente larga.

Salio corriendo con la foto de la chica y la otra de Iván con la reseña. Bajo las escaleras casi a punto de caerse.

- no sabia que la abuela era pelirroja.
- no, no lo era -  dijo girando la silla en dirección de la chica.
- ¿entonces quien es ella? – pregunto con la foto de la muchacha frente a los ojos de su abuelo, el acomodo sus lentes y sonrió.
- era una amiga.
- ¿era?… ¿Como era”? … ¿murió?
- si – dijo mientras se encogía de hombros.
- ¿y aquí que dice? Sabia que debía prestar atención a mama cuando me hablaba en ruso – dijo mordiéndose los labios,  Iván tomo la otra foto y sonrío al verse unos 40 años atrás, volvió la imagen  y se tomo unos minutos antes de empezar la traducción.    



  “¡Adiós! Quien sabe si volveremos a vernos… un miedo helado corre por mis venas y casi apaga en mí el aliento vital. ¿Les pediré que vuelvan? ¡Ama! Pero… ¿para que llamarla? yo sola debo representar esta tragedia. Ven a mis manos ampolla y si este licor no produjese su efecto ¿tendría yo que ser la esposa del conde? No, no… jamás. Tú sabrás impedirlo. Aquí, aquí le tengo guardado ¿y si este licor fuese un veneno preparado por el fraile para matarme y eludir su responsabilidad por haberme casado con Romeo? Pero mi temor es en vano, si dicen que es un santo ¡lejos de mi tan ruines pensamientos!... ¿y si despierto encerrada en el ataúd antes de que vuelva Romeo? Que horror  en aquel estrecho recinto sin luz, sin aire. Me voy a  ahogar antes de que el llegue. Y la espantosa imagen de la muerte y la noche… y el horror del sitio… la tumba de mis mayores… aquellos huesos amontonados por tantos siglos… el cuerpo de Teobaldo que esta en putrefacción muy cerca de allí… los espíritus que según dicen irrumpen de noche… el silencio de aquella soledad ¡ay, dios mío!  ¿No será fácil que el despertarme respirando aquellos miasmas y oyendo aquellos lúgubres gemidos que suelen entorpecer a los mortales, aquellos gritos semejantes a la queja de la mandrágora cuando se le arranca del suelo, no es fácil que empiece a jugar en mi locura con los huesos de mis antepasados o a despojar de su velo funeral el cadáver de Teobaldo, o a machacarme el cráneo con los pedazos de esqueleto de alguno de mis ilustres mayores? Ved… esa es la sombra de mi primo que viene con el acero desnudo buscando a su matador romeo. ¡Detente Teobaldo! A tu salud romeo.


Natasha se quedo unos segundos para procesar toda la información que le había dicho su abuelo – entender eso resulto aun mas complicado que el divorcio de mis padres – dijo con la mano en la cabeza – debiste solo haberlo dicho en español – su abuelo río.
- si lo hubiera hecho así no tendría gracia alguna – dijo aun sonriente y notando que al fin su nieta había dicho unas palabras acerca de la situación de su casa, continuó – ella era una bailarina y esta era la única pieza de teatro que sabia, yo la ayude a memorizarlo – los ojos de Natasha brillaban mientras su abuelo le contaba algunas anécdotas de el y la chica, así ella duro rato escuchando atentamente.
- ¿la amabas? – dijo con los ojos bien abiertos.
- como a ninguna otra – respondió sin titubear.
– ¿Cómo se llamaba? – pregunto interrumpiendo a su abuelo este la miro a los ojos y dijo: – tenía un nombre feo, normalmente lo tienen niñas revoltosas y desobedientes sobretodo con pésimo sentido del humor.
- ¡Rayos! Iván, termina de decirme.

- Su nombre era Natasha – rió de oreja a oreja.