Mi cabeza se ha contaminado de un amor, un amor puro y sincero... uno que no tengo. Un amor rojo y necesario, uno por el que vale la pena llorar hasta que duela, uno por los que te emocionas al punto de querer saltar cuando lo vez y de los que luego te miras los ojos en el espejo hinchados y enrojecidos por llorar al saber que nunca veré uno de esos en mi vida.
Espera, espera... que la contaminación de ese amor puede llegar a hacer buena en cierta forma, así abres los ojos y te das cuanta de la basura con la que puedes llegar a estar.
tampoco sueñes demasiado.
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