miércoles, 29 de enero de 2014

You let her go (1)

un pantalón corto y unas cuantas lagrimas en aquellos ojos que no querían llorar hicieron que una petición inmadura fuera  fácil de realizar.
La bese por primera vez cuando halo de mi camisa en un intento fallido de despedirse, me fui y la deje en un shock hábilmente disimulado que yo pude ver en sus ojos. Solo me fui de ahí, pero no del lugar, no recuerdo que paso que me quede allí. la vi nuevamente ya con los ojos secos y un tímido rubor que pedía que la besara de nuevo, accedí ¿por que? realmente no lo se, ta vez fueron esos shorts que realzaban el trasero que nunca le había visto o quizás un leve deseo que habitaba dentro de mi, tan dentro que siquiera sabia que estaba allí y que ese día con esa luz, con esa tristeza en carne viva no podía ser el mismo cretino que había sido con ella desde que la había conocido o simplemente podía ser por  la petición estúpida de quien la había hecho llorar esa noche de que la pasara con ella. esa noche  estuve prendado a su trasero sabiendo que ella quería que lo estuviera de su mano, pero eso significaría mas de lo que debía ser... no me atrevía a mas. unos cuantos besos alejados de la gente en una noche sentados en un capot   de un auto ajeno, escuchando chistes y riendo, siendo felices. De vez en cuando la miraba de reojo otras veces la miraba de lleno notando un brillo que dejaba dicho que ese día sin lugar a dudas era su día.

A esa niña la veía siempre, todos lo días, pero, nunca como la había visto esa noche. Los otros lucia como alguien mas, completamente diferente y algo mas bajo que lo regular, desaliñada e infantil con ese brillo molesto de juventud y cierta idiotez o eso era cuando no me veía, en esos momentos ella se llenaba de una agonía  y se apagaba toda por unos segundos, los segundos que duraba creyendo que me veía a escondidas. nunca hablamos sobre lo sucedido, ese tema se había hecho tabú entre todo los presentes, entre ambos un pecado y para mi... una ridiculez, un acto ilógico causado por una serie de situaciones. si le dirigía la palabra solo fue para humillarla una y otra vez, era un blanco fácil y el saber que me amaba tal vez era lo causante de mi disgusto hacia ella; su eterna mirada incesante en busca de algo que no quería darle; su existencia débil y patética esa usa que odiaba quizás por no ser la otra, esa mas madura y fiera y lo mas probable la castigaba por eso. Ella fue acumulando el odio, cultivándolo y encerrando  dentro de su corazón con llave ese amor que antes solía gritar sin vergüenza al mundo, me olvide.
ahora solo solía ser una sombra, una existencia vacía mas que brillante, en cierto modo ella ya había cambiado, no decía cosas estúpidas al azar, ya no me miraba constantemente, ya su mirada no buscaba la mía en cambio la evitaba como el diablo a la cruz y eso sinceramente me hacia sentir bien, me daba calma y me llenaba de un alivio culpable que me gustaba.
"ya no estaba más, no la veía más"   

No hay comentarios.:

Publicar un comentario