lunes, 5 de febrero de 2024

05/02/24

 Este es uno de esos momentos raros de mi vida donde me amarga todo...

Todo me jiede y nada me huele, como dice un dicho muy famoso por aquí. 

Que implica esto, bueno, que me molestan las historias de Instagram, me molestan los anuncios de embarazo, me molesta la gente en sus trabajos, sus mascotas y viajes, me irrita las dinámicas y me molesta incluso la simple acción de que alguien disfrute de algo demasiado.

Es una mezcla curiosa entre completa irritabilidad y autorreproche. Sé que no está bien que de la nada todo el mundo se me haga pesado y sus vidas me resulten desagradables, sin embargo, no puedo evitar que mi boca se retuerce hasta encontrarse con mi nariz arrugada y cejas fruncidas.

¿Pero qué desencadena este cambio de humor? Será que los hombres tienen razón y a pesar de mis continuas negativas por falta de datos... mis hormonas... ¿Me afectan? No... me niego a creerlo y asumiré que es solo como una gripa de temporada que afecta mi percepción de la realidad.

Pensando en otras razones puedo culpar a que en estos últimos meses he vuelto a reinventar mi persona... por una 3ra o 4ta vez desde mis 20. He encontrado una nueva pasión y por su puesto he querido dejar de disfrutar sanamente de ella y he decidido convertirla en una fuente de dinero. ¿Qué mejor que explotar un pasatiempo? Claro... si fuera bueno en ella. 

Muchos dicen que la practica, otros dicen que el conocimiento y yo digo ¡A la verga! Simplemente, apesto y fracaso una y otra vez, nadie valora ni el esfuerzo, ni la dedicación durante estos larguísimos 2 meses que llevo practicando esta nueva habilidad, nadie respeta lo que hago o lo que me costó aprenderlo y eso me enoja y como me enoja estoy frustrada con todo lo que tenga que ver con esa parte de mi vida en general (Así como lo hicieron otros pasatiempos que igual exploté hasta que los odie a ellos y a mí) 

*suspiro*

No te niego que hubiera querido iniciar a tiempo, saberlo desde mucho antes, ganar ese tiempo que perdí en otras cosas y que ahora a mis 27 fuera una eminencia en la materia, alguien a quien no se atreverían a menospreciar y mucho menos a ignorar, alguien que no fallara.

Pero no sería así, claro que no, si hubiera empezado tan antes como quisiera, entonces nunca hubiera dibujado, nunca hubiera escrito, nunca hubiera cantado (cosa que aún no hago) y tampoco hubiera disfrutado, pero vuelvo y digo, no puedo evitar que mi pecho reaccione ante la impotencia de mi propia mediocridad en un área a la que recién llego.

Y ver como el otro ignora este dolor, como vive su vida, como pueden seguir adelante, como aparentan estar bien delante de mí, me provoca tantos celos, que brota la ira de mis ojos y es ahí cuando me doy cuenta lo que hace que cada tanto todo me resulte odioso.

Mira como lucho para alcanzar mis sueños (los cuales nacen cada 4 meses) como nado contra la corriente, como me choco contra las paredes de la realidad en la que vivo, como araño con uñas y dientes, la pequeña esperanza de alcanzar lo que anhelo y aun así siento que no estoy yendo a ninguna parte, como es que no puedo seguir adelante ¿Cómo le hacen? ¿Cómo ríen? ¿Cómo fingen? ¿Cómo pueden seguir DEJANDOME ATRAS? ¿Cómo no importa lo que haga no puedo tener lo que quiero? 

Tal vez si sean las hormonas, después de todo mi cara está tan brotada como un adolescente y mi cumpleaños está a la vuelta de esquina, la vejez me pone de mal humor y el estrés de no poder cumplir con mis metas saca lo peor de mí. O tal vez no. Quizás la gente habla demasiadas estupideces, la gente es estúpida, viven vidas estúpidas y son estúpidos... como yo. 

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